martes, 29 de octubre de 2013

Cuenca




Una ciudad encantadoramente encantada, es imposible pasear por sus calles y no dispara por doquier hasta llenar la tarjeta, o acabar con las pilas. Es una ciudad que haría las delicias de cualquier fotógrafo.
 Su peculiar construcción la hace única, Los balcones en los acantilados imponen mucho respeto os lo digo con conocimiento de causa pues me he asomado a uno de ellos y la verdad te sientes un poco intranquilo.








1 comentario:

Gracias por comentar.